Las empresas funcionan con capital, activos y deudas. Los activos reflejan todas las pertenencias de una empresa, esto incluye efectivo, mobiliarios, inmobiliarios, inversiones, entre otros. Los pasivos incluyen deudas a corto y largo plazo. Las deudas a corto plazo son las que se deben pagar el próximo año. Las deudas a largo plazo, son las que se deben pagar en más de una año. Por último el capital social, es el dinero de los socios. Los activos son iguales a la suma de los pasivos y el capital de los socios. Los financieros al revisar esta información (el balance de la empresa) toman decisiones para encontrar el nivel óptimo de las deudas en una empresa.
Para encontrar el nivel de endeudamiento óptimo de una empresa, es necesario analizar el balance de la empresa y la situación coyuntural del lugar donde está opera. Por ejemplo: una empresa de plástico tiene activos por $1,000,000, pasivos por $60,000 y capital de socios por $940,000, se puede decir que la empresa tiene buena solvencia y podría adquirir más préstamos. Sin embargo, si en un país donde la empresa opera está una nueva ley que prohíbe el uso de los plásticos, la empresa no debe endeudarse más para seguir produciendo plásticos.
Es por esto que las deudas óptimas necesitan de lo complejo para poder analizar lo simple. Los financistas deben de analizar varias situaciones y ahí decidir cuál es el nivel óptimo de préstamo. Solo una idea más: si el nivel de endeudamiento es muy alto, las posibilidades de quiebra son mayores.
